Una de las obras cumbre del recientemente fallecido Luis GarcÃa Berlanga analiza de forma contundente y sutil al mismo tiempo, la sociedad imperante en una España llena de prejuicios y de dobles morales. El resultado es ya un verdadero clásico del cine español.
Resulta quizá un tanto oportunista el hablar de este gran clásico del cine español, cuando recientemente hemos perdido a su director, Luis GarcÃa Berlanga o por que ha sido emitida hace muy poco en televisión. No vamos a negar lo evidente, sÃ, pero no hay nada de malo cuando intentamos con esto acercar más la obra de este genial creador, sin duda pieza clave en la cinematografÃa española. Plácido es, quizá, su obra más conocida (con permiso de ¡Bienvenido, Mister Marshall! y El verdugo), pero también es quizá la que menos se tiene en cuenta por aquellos que comenzaron a conocerle mucho más tarde.
Plácido Alonso (un siempre espléndido Cassen) es un trabajador de clase baja que intenta sobrevivir el dÃa a dÃa junto a su familia. Es uno de esos que “trabaja en lo que le sale” y asà se gana unas pesetas. Con la reciente adquisición de un moto-carro (la inversión de su vida), Plácido se ha comprometido a pagar cada una de las letras que deba al banco. Se considera una persona honrada y buena y no permitirá que haya problemas. Gabino Quintanilla (José Luis López Vázquez) es quien le acaba de conseguir un trabajo en un desfile benéfico de una campaña de Navidad en la que las familias adineradas acogerán a un pobre en casa durante la cena de Nochebuena. Una serie de acontecimientos impedirán a Plácido pagar la primera letra de su moto-carro, pero él no se da por vencido e intentará por todos los medios que en una noche tan especial, le dejen cumplir con su deber.
Plácido esconde tras sus escenas algo mucho más entrañable que la simple historia de un hombre honrado. Entre sus lÃneas de guión se puede vislumbrar algo mucho más simple que eso. La pelÃcula desborda ritmo y sobre todo desborda historia. Ambientada en una época dura en la que la sociedad española estaba muy tocada, Berlanga se permite realizar una pequeña y contundente radiografÃa de la sociedad imperante, diferenciando claramente los estratos sociales a través de pequeñas escenas magnÃficamente construidas.
El manejo con soltura de un guión tan eficaz como eficiente (obra entre otros del enorme Rafael Azcona) desencadena numerosas escenas que en ocasiones parecen mostrar una casi esperpéntica sociedad en la que la doble moral estaba a la orden del dÃa. Personajes que salen y entran en escena casi teatralmente, manejados con precisos hilos y colocados estratégicamente en una pelÃcula sublime y concisa. Berlanga no se va por las ramas, aunque pueda parecer que sÃ. Resulta inevitable hablar de los secundarios, siempre tan importantes para su director. Manuel Alexandre (espléndido), AgustÃn González, Antonio Ferrandis, Luis Ciges… una larga lista de nombres que además quedan marcados en la pelÃcula de forma casi entrañable. Pero sucede que en casi todas las cintas de Berlanga, y Plácido no es una excepción, al final nos quedamos con esa sensación de desánimo contenida, como si hubiéramos esperado otra cosa, otra resolución más feliz.
La pelÃcula está llena de momentos memorables, escenas corales muy bien dirigidas (como bien le gusta a Berlanga) y todo ello como escaparate de una cÃnica sociedad en donde parece que sólo sobrevivÃa el que más contactos tenÃa (papel muy bien reflejado por José Luis López Vázquez, que siempre hace referencia a su padre cuando quiere conseguir algo). La sociedad imperante, a pesar de poner buena cara ante el resto del mundo por acoger a un pobre a la mesa y más en una cena tan significativa como es la Nochebuena, esconde realmente otras intenciones algo menos benévolas.
Todo eran conveniencias, todo eran un “hoy por ti mañana por mi”… retrato sin duda de una España mezquina, aprovechada y falta absoluta de moral. A pesar de todo esto, Berlanga nos premia con situaciones tan hilarantes como entristecedoras (como los minutos finales en casa de la mendiga mientras dejan a su difunto y recién fallecido, marido). Complementado todo esto por un trÃo actoral soberbio formado por Cassen, López Vázquez y quizá en menor medida Alexandre. Todos ellos en una maravillosa e inolvidable pelÃcula. Plácido es quizá de obligada visión para los que descubren poco a poco a Berlanga, para otros muchos es ya todo un clásico.
Valoración: 10 sobre 10
CrÃtica escrita por Luis Jiménez
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2 Comentarios en "Plácido, de Luis GarcÃa Berlanga"
Es mi pelicula favorita de Berlanga junto con el Verdugo
En breve publicaré una reseña sobre El verdugo, que creo que también es una obligada en la filmografÃa de Berlanga.
Un saludo y gracias por tu comentario, Alvaro_guty.