Posiblemente una de las más interesantes pelÃculas Indie de la temporada, Phillip Morris, ¡te quiero! Llega a España precedida de una gran polémica en EEUU y que nos recupera el Jim Carrey menos histriónico en años en una ¿comedia? ¿drama? ¿historia de amor? realmente fuera de lo convencional.
Inédita aún en EEUU exceptuando su proyección en un par de festivales Indie (las malas lenguas dicen que es a causa de la aún latente homofobia de allÃ, y otros que George W. Bush boicoteó su estreno por tratar un asunto que le afectó directamente durante su mandato como gobernador en Texas), Phillip Morris, ¡te quiero! nos devuelve a un Jim Carrey que recientemente nos tiene bastante abandonados y carente de proyectos, ya que de hecho la última pelÃcula que ha estrenado en España ha sido Di que sà hace ya casi dos años, en un papel que parece hecho a medida dado el tono general del que hace gala la pelÃcula y del que Carrey, sin duda, saca todo el partido posible en una magnÃfica, divertida, y comedida interpretación. Es inevitable pensar que aquÃ, nuevamente, nos encontramos con el actor que tanto nos gustó en El show de Truman u ¡OlvÃdate de mi!, aunque la sombra de Ace Ventura siga siendo alargada.
Basada en una increÃble historia real, tal y como reza la propia pelÃcula nada más comenzar, esta estrafalaria y gamberra mezcla entre comedia freak, drama e historia de amor nos cuenta la vida de Steven Russell (Carrey), un pobre diablo con unas excepcionales dotes de timador que acaba enamorándose perdidamente del dulce e inocente Phillip Morris (McGregor) en una de sus estancias en la cárcel.
Desenfadada, ligeramente paródica, de narración ágil y directa al grano, pero ante todo extremadamente gamberra y con concesiones muy certeras y bien llevadas al drama y al romanticismo más profundo, Phillip Morris, ¡te quiero! descoloca totalmente de principio a fin. Pese a no llegar en ningún momento a ser confusa o aburrida, precisamente es ese tono gamberro su mayor virtud y al mismo tiempo su gran defecto, pues no duda ni titubea un ápice a la hora de jugar malamente con las emociones del espectador, regalándonos de hecho alguna escena en la que este recibe una auténtica bofetada figurada al producirse un giro argumental que deja, como mÃnimo, estupefacto.
Carrey y McGregor funcionan perfectamente como pareja y tienen una innegable quÃmica, a lo que ayuda la francamente excepcional interpretación de este último, sin duda lo mejor del film (McGregor está francamente de Oscar al dotar a su Phillip Morris de una ternura, inocencia y honestidad infinitas), pese a que todo el peso caiga prácticamente en su totalidad en Carrey. Su historia de amor resulta creÃble, emotiva y francamente bien desarrollada, aunque desde luego no haya prácticamente ninguna demostración afectiva ni sexual entre ellos más allá de un beso en la oscuridad, en una muestra de mojigatismo que deja un poco perplejo teniendo en cuenta los derroteros por los que se mueve la pelÃcula. Esto demuestra que la intención de los directores va más allá de realizar una pelÃcula gay al uso (que también lo es, ojo), aunque el lobby en cuestión ya haya catalogado a esta como una pelÃcula de culto.
Y es que Phillip Morris, ¡te quiero! es, sobre todo, una pelÃcula que trata sobre el amor ciego que es capaz de expiar hasta al peor de los pecadores, al margen de que sean dos homosexuales muy bien resueltos los protagonistas de la historia. Conseguirlo, lo consigue a medias: con un ritmo narrativo que roza el desenfreno (a veces lo surrealista), y con algunas paradas en el camino bien meditadas, mas la estrambótica mezcla de géneros metidos en una Turbomix (hay muchos momentos en los que es inevitable pensar en Atrápame si puedes o Algo pasa con Mary mezclado con In & Out), al final la pelÃcula deja un muy buen sabor de boca gracias a un mensaje bien transmitido y las excelentes actuaciones de su pareja protagonista, pero también un regusto amargo por no saber muy bien por dónde cogerla.
En todo caso, es una tragicomedia que precisamente por resultar tan tremendamente freak, finalmente acaba gustando tanto. De visionado absolutamente recomendable y casi necesario.
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1 Comentario en "Phillip Morris, ¡te quiero!, de Glenn Ficarra y John Requa"
Acabo de salir del ver esta pelÃcula, sinceramente, no os la aconsejo de verdad, argumento simple y previsible, trangesora algo valiente pero es un “quiero y no puedo”, pelÃcula siestera de domingo por la tarde. Me ha dado la sensación de perder el tiempo, me arrepiento haber perdido una hora y media y unos cuantos euros.
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