La adaptación cinematográfica del best-seller de Kazuo Ishiguro del mismo tÃtulo y dirigida por Mark Romanek (Retratos de una obsesión) es un impactante y áspero drama con tintes de ciencia-ficción apoyado en las excelentes interpretaciones de su trÃo protagonista.
Dejando por un momento de lado las diferencias entre libro y pelÃcula, lo cierto es que Nunca me abandones es un excelente ejercicio de ciencia-ficción que recuerda mucho al 1984 de George Orwell o incluso a Blade Runner en lo referente a su temática. También es inevitable pensar en ese gran bodrio llamado La isla de Michael Bay, aunque aquà nos encontramos con una historia enfocada de un modo radicalmente diferente. Al margen de la insólita premisa argumental, perfecta analogÃa a las miserias y egoÃsmos de la raza humana, aquà no encontraremos ningún elemento que nos parezca visualmente surrealista, al igual que ocurrÃa con la excelente Hijos de los hombres de Alfonso Cuarón, aunque sin llegar a tal altÃsimo nivel en lo que se refiere a la dirección y el desarrollo de su lÃnea argumental.
El trÃo protagonista, formado por Carey Mulligan, Andrew Garfield y Keira Knightley, en absoluto estado de gracia con quizá la excepción de esta última, nos ofrece una visión muy realista, dura y áspera de los avatares del destino predefinidos para sus vidas: niños educados sin ningún tipo de habilidad social con el mundo exterior y cuyo objetivo final y para lo que fueron creados como clones es convertirse en donantes de sus órganos vitales durante los comienzos de su edad adulta, de modo que todos los originales puedan vivir más tiempo. Lo interesante del film es, a todas luces, el enfoque orientado casi exclusivamente en acariciar los sentimientos de unos personajes que dudan en todo momento si tienen alma propia, porque asà es como les trata el resto del mundo, y en los vÃnculos emocionales que desarrollan entre ellos a lo largo de su vida.
Descorazonadora y contuntente, el film resulta magnÃfico en todos sus apartados, desde el sublime tempo narrativo, pasando por la exquisita fotografÃa de tonos semiapagados y frÃos que empatizan perfectamente con lo que se nos está contando, y una embriagadora, deliciosa y banda sonora de Rachel Portman. Pero falla en lo descompensado y a veces apresurado del desarrollo argumental, destrozando y eliminando buena parte de los impactos que poseÃa el libro original, aunque afortunadamente sin llegar a ser un atropello como en otros desafortunados casos de adaptaciones cinematográficas.
De moraleja bastante evidente pero no por ello menos cruel, Nunca me abandones es, ante todo, un cuento sobre el amor, la existencia del alma, el drama del sentido de la vida, y una oda a la melancolÃa, al desencuentro del amargo destino y las pérdidas de las personas que amamos: de ahà el tÃtulo de la pelÃcula, referencia al tÃtulo de la canción Never let me go de la ficticia cantante Judy Bridgewater a la que el personaje de Carey Mulligan, Kathy, escucha varias veces a lo largo del metraje, y que simboliza tanto su amor por Tommy como al mundo que, en el fondo, no desea abandonar.
Es una lástima que el metraje no dé para explicar muchos de los pormenores de estas tres almas en pena, asà como el trasfondo que rodea a la institución de Hailsham y su profesorado, que deja con ganas de más en la boca del espectador. Pero Nunca me abandones es una pelÃcula de visionado más que recomendable, increÃblemente emotiva y despiadadamente dolorosa. Como suele ocurrir como con los más bellos relatos.
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3 Comentarios en "Nunca me abandones, de Mark Romanek"
Pues no niego del talento de sus protagonistas, pero me pareció un tanto lenta y la trama no me llegó a enganchar. Le daré otra oportunidad, Dani.
Un saludo.
Me gustó bastante la peli!
Dejo aquà mi opinión sobre ella!!
http://ignacionario.blogspot.com/2011/03/nunca-me-abandones-never-let-me-go.html
Un saludo!
Pues no coincidimos en la valoración general de este experimento fallido; una triste demostración de que unos buenos ingredientes por separado (actuaciones, música, fotografÃa, novela original) no son garantÃa suficiente para un buen resultado.
Quizás el problema es que la historia se torna demasiado intimista ante unos personajes de los que desconocemos porque asumen su destino y en que momento son conscientes de ello. Los personajes secundarios están totalmente desaprovechados: Sally Hawkins aparece y desaparece “Deus ex machina”, Charlotte Rampling es el contrapunto humano de referencia pero demasiado desdibujado y la “coleccionista de arte” todavÃa más desarticulado…
Con este punto de partida, ni logré empatizar con los personajes ni mucho menos creerme una historia que era muy prometedore en su arranque y que ha tenido un desarrollo más que cuestionable.
Un saludo Daniel.