El hasta ahora director de animación Brad Bird se pone detrás de la cámara de imagen real por primera vez para dirigir la cuarta entrega de Misión Imposible y acompañar a Tom Cruise y su equipo en otra aventura de esas que dejan sin aliento. Y lo mejor de todo es que nos encontramos posiblemente ante la mejor pelÃcula de la saga.
Brad Bird ha dirigido indudables obras maestras pero siempre bajo la sombra de la animación infográfica bajo la batuta de Pixar como Los increÃbles y Ratatouille. Muchos se preguntaban si pasar a la imagen real no serÃa un cambio demasiado radical para su trayectoria, y más cuando se trata de tomar el relevo a J.J. Abrams (en esta ocasión como productor ejecutivo) tras devolver este la dignidad a una saga iniciada con sobrada maestrÃa por Brian de Palma y absolutamente arruinada por el payasesco espectáculo de John Woo en la segunda entrega. Pues bien, se puede decir sin lugar a dudas que Misión Imposible: Protocolo fantasma es muy posiblemente la mejor entrega de toda la saga, aunque no por ello deje de tener sus puntos flacos.
El film no tiene casi ni un solo segundo de respiro de principio a fin, comenzando por una magnÃfica secuencia protagonizada por el perdido Josh Holloway a modo de preludio de la cadena de acontecimientos que van a producirse durante el resto del metraje y que, por primera vez desde la primera entrega, dan una más que agradable sensación de continuidad argumental y narrativa, cameos del reparto de las precedentes incluÃdos, pero además muy inteligentemente enhebrada para proveer con cuentagotas al espectador de toda información potencialmente sorprendente.
Las localizaciones, como suelen ser ya marca de la casa, son sencillamente espectaculares: Dubai, Praga, Moscú, Vancouver, Mumbai… pero esta vez magnÃficamente aprovechadas (intentemos pasar página respecto a la Sevilla de M.I.:2) tanto en las secuencias persecutorias como en las meramente argumentales. El hecho de que muchas de ellas, además, estén rodadas Ãntegramente en formato IMAX y prescindiendo deliberadamente del hoy facilón 3D hace que sea muy, pero que muy recomendable visionar Misión imposible: Protocolo fantasma en una sala IMAX para poder disfrutar plenamente de las realmente impactantes secuencias accion como la de la torre Burj Khalifa de Dubai, posiblemente una de las mejores escenas de acción de los últimos años, y no solo por las habilidades de escalador de Cruise, quien asegura que no utilizó un doble en esa escena, sino por lo extremadamente bien cuidada que resulta de puertas para adentro (atención a la escena de las habitaciones, no tiene ningún desperdicio).
Y es aquà donde Misión Imposible: Protocolo fantasma alcanza su mayor climax: en ese magnÃfico equilibrio entre acción explosiva, guión muy elaborado con el toque justo y nada bobalicón de humor y de drama, y un reparto muy competente entre los que destacan especialmente una sexy Paula Patton (esa adorable profesora de Precious) y el simpaticón Simon Pegg haciendo del ya clásico graciosete de la cinta. Lástima que aquà no se luzca demasiado ni el propio Cruise pese a ser el casi absoluto protagonista de la cinta ni Jeremy Renner, quien parece estar en otra parte menos donde debe.
Este es un film de acción de primerÃsima categorÃa, vibrante y plagado de talento tanto en lo técnico como lo artÃstico, de visionado casi obligatorio, pero con un punto débil muy importante, y es que sus supervillanos no están a la altura del conjunto en general ni mucho menos de todo lo que es capaz de hacer el grupo de Ethan Hunt. Carisma cero. Michael Nyqvist (de la saga Millennium), además de ser el malo malÃsimo oficial de la pelÃcula, apenas tiene lÃneas de diálogo y todas sus aspiraciones y maquinaciones son explicadas por los propios protagonistas, un auténtico disparate muy maquillado al no darse tiempo al espectador para pensarlo debidamente, eso por no mencionar lo inaudito de alguna secuencia en términos fÃsicos si uno ve la apariencia de Nyqvist en este film. El famoso actor hindú Anil Kapoor, al cual recordamos aquà como el odioso presentador del Quién quiere ser millonario de Slumdog Millionaire, no se queda atrás en el patetismo con el que han tratado los guionistas a su personaje.
Quitando este punto y algún que otro desaire como los desaprovechadÃsimos y extremadamente cortos papeles de Josh Holloway y la francesa Léa Seydoux, potencialmente muy interesantes, la verdad es que las algo más de dos horas de metraje de Misión imposible: Protocolo fantasma se pasan casi en un suspiro entre escena de acción, virguerÃas tecnológicas de espÃa, guiños y mofas de los tópicos de las pelÃculas de espÃas e incluso de las propias entregas anteriores de la saga y, sobre todo, el gustazo de poder salir de la sala con la clarÃsima sensación que se ha visionado un film plagado de mimo y cariño en su realización. Algo que, honestamente, no tiene precio.
Desconocemos si Cruise tendrá intención de continuar la saga (no está ya quizá en edad de seguir con ello, aunque cosas más estrambóticas hemos visto como lo de Harrison Ford en Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal), pero si todas van a tener la calidad que esta, por nosotros que no falte. Chapeau a Brad Bird por debutar con esta joya en la imagen real.
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