Robert Rodriguez vuelve a sacar la artillerÃa pesada en este nuevo largometraje, basado en un personaje creado por él mismo y presentado durante doble sesión Grindhouse Death Proof y Planet Terror. Rodriguez sigue fiel a su cine sin pretensiones, excesivamente gamberro y con escasa repercusión.
Robert Rodriguez ha tenido la suerte y la habilidad de conectar muy bien con el público. Sus fieles esperan cada año sus gamberradas, sus historias, sus personajes estereotipados y su cine sin miramientos. Robert Rodriguez sabe perfectamente sus limitaciones y las explota hasta conseguir su objetivo. Machete no se libra (afortunadamente) de estas premisas que el director de Texas siempre ha mantenido en cada producto que toca, bien sea como realizador o como productor. Sus pelÃculas siguen la estructura básica del héroe popular, sustituyendo ese “pueblo” por quizá otro tipo de organización más o menos grande (véase grupo de supervivientes, véase grupo de inmigrantes, véase grupo de estudiantes…). En este sentido tanto Machete como Planet Terror o como la reciente producción Predators (recordemos que su nombre figura como productor) o como quizá The Faculty, su idea de héroe contra enemigo común es siempre la misma. Machete es un policÃa traicionado, repudiado por la sociedad, que busca la venganza de los que lo vendieron y los que mataron lo que más querÃa en la vida, su mujer e hija. Junto a una red clandestina de inmigrantes, buscará justicia para hacer pagar a los que le convirtieron en lo que es.
Hemos de tener muy claro qué nos vamos a encontrar en esta pelÃcula. Sabemos el gusto de su director y sabemos también lo que acostumbra a hacer con la cámara, por lo que muy pocas sorpresas nos pueden llegar con Machete. En ese sentido, fuera de que la pelÃcula guste o no, es algo previsible. Miembros cercenados, cabezas rodando, tiroteos exagerados o escenas imposibles, son los elementos con los que Rodriguez se permite jugar para dejarnos una historia con sabor rancio pero sin llegar a disgustar. Se permite utilizar un estilo similar al de Planet Terror, pero sin exagerar los convencionalismos que aquella cinta marcaba.
Una de las bazas más interesantes con las que cuenta Machete es con su elenco interpretativo. Está lleno tanto de caras nuevas como de algunas no tan novedosas. Ha logrado convertir y reconvertir a un actor secundario como era Danny Trejo, en todo un protagonista (a pesar de las enormes carencias que, como actor, tiene). Su figura impasible y su dudosa interpretación, le convierten en un personaje que cae bien al instante. Es más que posible que la pelÃcula marque un antes y un después en la carrera de este ex-convicto. Recicla antiguas glorias del cine como Don Johnson, Steven Seagal, Jeff Fahey u otro habitual, Cheech Marin para dejarnos con el sabor de boca de antaño, para que sepamos que no están olvidadas. Coloca a Robert De Niro en un papel tan odioso como gracioso, y logra volver a sacar a Jessica Alba de esa trayectoria tan infame en la que estaba metida mientras intentaba hacerse un hueco en el cine con superpoderes. Michelle Rodriguez, vuelve a demostrar su debilidad por ser una “macho-woman”. Tiene además la osadÃa de colocarnos a la impresentable Lindsay Lohan como una mujer que recupera la fe. Todo un conjunto de hilarantes personajes que son muy del estilo del director.
Machete es “fast-cine” lo miremos por donde lo miremos. Fácil de ver, de asimilar y, por qué no, de olvidar. Con alguna que otra escena mÃtica, el resto de su metraje no marcará tampoco muchas cosas. Rodriguez se ha quedado sin duda con lo suyo, con su feudo como director y además ha demostrado que sigue en forma pese a que muchos digan lo contrario o incluso nunca le hayan dado una oportunidad.
Pero más allá de la forma en la que Rodriguez realiza su ejercicio, hay algo más. Y es que Machete esconde, muy en el fondo aunque evidenciado, cierto mensaje, cierta carga polÃtica que es lo que la convierte quizá en algo diferente a lo que Rodriguez lleva realizando hasta ahora. Quizá sea ese trasfondo sociopolÃtico lo que la delate como cine algo más entero que un simple desfile de sangre y vÃsceras. Casi con alguna escena de intenciones concienciadoras, Machete plantea algunos (pequeños) debates en torno a temas tan de moda como la inmigración o la polÃtica de los gobiernos con los inmigrantes. Si antes hablábamos de que Rodriguez siempre incluye a héroes en sus pelÃculas, Danny Trejo encarna a ese lÃder polÃtico de los inmigranges (en este caso mexicanos en territorio americano) que intentará poner orden y justicia aunque sea a golpe de cuchillo.
Mezcla entonces, de una forma inteligente, lo rudo y lo justo. En ambas medidas, la pelÃcula se va tornando más polÃtica en sus últimos tramos, sin olvidar nunca todas esas cosas que la convierten en lo que es, sin olvidar siquiera sus orÃgenes. Un trabajo bastante aceptable (la podrÃamos incluir entre las tres mejores de su director), pero que desgraciadamente va dirigido a un público muy concreto, lo que quizá le cierra las puertas a unas más que posibles buenas intenciones a la hora de contar con nuevos espectadores. También es cierto que sin esas cosas que la hacen como es, Machete no serÃa lo mismo, seguramente caerÃa en el más profundo de los olvidos.
Valoración: 6 sobre 10
CrÃtica escrita por Luis Jiménez
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1 Comentario en "Machete, de Robert Rodriguez e Ethan Maniquis"
YO SE QUE DANNY TREJO ES EL ETERNO AMOR DE ROBER RODRIGUEZ MUCHO ANTES DE ROSE MCGOWAN PERO PARA PROTAGONIZAR ESA PELICULA NO DEBIO BUSCARSE A ALGUIEN TAN HORROROSO