Ah, el maravilloso mundo de las comedias románticas. Personalmente es un género al que le tengo un poquitÃn de tirria. El 85% de las pelÃculas estrenadas que lo abarcan suelen recurrir a tópicos, clichés y estereotipos fáciles, básicamente porque al escritor no le queda otra por el callejón sin salida en donde se ha metido.
Efectivamente, suelen haber raras avis que sorprendan aunque sea un mÃnimo por parte de su puesta en escena, y gracias a la labor de un plantel de intérpretes (o no) que a pesar de no esforzarse mucho, caen simpáticos en la platea, creando automáticamente empatÃa por la pelÃcula.
En el caso que nos ocupa, Confesiones de una compradora compulsiva (Confessions of a Shopaholic) se queda a mitad de camino entre una cosa y la otra.
Su realizador, P.J. Hogan, ya demostró su talento en dos obras clave en su género: La boda de mi mejor amigo (My Best Friend’s Wedding) es un tÃtulo de referencia de las comedias románticas, con grandes pero equilibradas dosis de todos los elementos indispensables para triunfar entre el gran público, el verdadero mercado en esta industria como muy bien ha demostrado a lo largo de la historia, y no crÃticos, festivales y galardones de cine. Por otro lado, Peter Pan: La gran aventura supuso, a pesar del tufillo Digital Intermediate por todos sus poros, una ráfaga de aire fresco para el cine fantástico de aventuras; divertidÃsima, entretenida y con un ritmo frenético que justificaba el precio de la entrada.
En Confesiones de una compradora compulsiva podemos ver, gracias a Dios, que su talento, estilo y personalidad sigue intacto y en forma. Hogan se adapta al mundo creado por Sophie Kinsella para su serie de novelas del mismo nombre -en los Estados Unidos-, exponiendo el mundo de Rebecca Bloomwood (interpretada por una divertidÃsima y eficaz Isla Fisher) con formas muy bien planificadas, si acaso algo atropelladas, pero satisfactorias.
Eso sÃ, la pelÃcula tiene un humor realmente fácil y superficial… pero detrás de los gags más ligeros encontramos una mordedura bastante interesante al mundo de las fashion victims, con un sentido del humor excéntrico muy divertido que aflora cuando menos te lo esperas. Aunque por desgracia no toca ni se atreve con el mundo y la industria de la moda en particular, sà se queda bien a gusto con todas sus vÃctimas, banalizando sus hábitos y sus actitudes, pero siempre desde una posición neutral y de un sentido de la mofa más o menos blanco: la mordacidad, lamentablemente, se la dejan en casa… no vaya a ser que parte de las firmas de moda que se patrocinan en la pelÃcula se vayan a enfadar.
Por desgracia, a Confesiones de una compradora compulsiva le sucede lo que ya he mencionado que le pasa a la gran mayorÃa de comedias románticas: acaba cayendo en clichés y tópicos, a pesar de su mÃnima frescura. Algunos personajes y situaciones ya los hemos visto tal cual en otras pelÃculas, y la sensación de déjà -vu invade nuestra mente, aparcando el buen entretenimiento para la siguiente escena. Por no hablar de lo previsible que resulta.
Si por eso no fuera suficiente, el sabor de boca acaba resultando de lo más agridulce por culpa de un punto y final excesivamente insaboro, incompleto. Da la sensación de que el escritor tuviera prisa por terminar, finiquitando el epÃlogo de cualquier manera.
A pesar de ello, Confesiones de una compradora compulsiva es una comedia válida, recomendable para los que busquen pasar un rato agradable y divertido una tarde de sábado, sin más pretensiones.
Valoración: 5.75 sobre 10
CrÃtica escrita por Rafa Delgado
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2 Comentarios en "Confesiones de una compradora compulsiva"
Vaya, no me esperaba ni siquiera una decente crÃtica de ésta pelÃcula y me sorprendes aprobándola y todo! xD
Bueno, no es que la vaya a ver, xo puede caer alguna tarde aburrida en casa de lluvia o algo asÃ, para echarse unas risiyas fáciles
Felicidades por la CrÃtica Rafalet! ^^
Ei! Pues tendré que verla. De hecho, aprovecho tu crÃtica para hacer un poco de autobombo y animaros a los fans y antifans de las comedias románticas a venir a mi monólogo en el Teatreneu de BCN “¡Abajo las Pasteladas!”. Domingos a las 19:00 horas