Tercera entrega de las andanzas de Ben Stiller y Robert De Niro como padre y suegro respectivamente. Ya pasó en Los padres de él, y aquà se repite la historia, poco humor para una trilogÃa que comenzó con muy buen pie. Y es que los chistes también se terminan.
La pregunta que me vino a la cabeza cuando supe de esta pelÃcula fue ¿es realmente necesaria?. Con Los padres de él tuve una respuesta, realmente no. Pues no contentos con eso, sus responsables han decidido darle una oportunidad más a Stiller y compañÃa para continuar con las desventuras de un padre que intenta durante unos cuantos años, caer en gracia a su suegro. ¿Hilarante y disparatado? pues sÃ.
Han pasado diez años desde que Greg conociese a los Byrnes, los padres de su novia, y cinco desde que los Byrnes conociesen a los padres de Greg. Ahora las familias ya se conocen y es hora de pasar unas navidades juntos (después de diez años, sÃ). Greg se mete en la presentación de un innovador producto farmaceutico para poder dar a sus hijos una educación de altura. Por su parte Jack continúa desconfiando del marido de su hija y sigue en sus trece de que no es el ideal para continuar con la familia. En fin, todo un conjunto de situaciones que generan algunas más cómicas que otras.
Jay Roach ha dejado el timón de la saga a Paul Weitz, director de comedias como American Pie o Un niño grande. Ahora los padres son ellos quizá se podrÃa incluir a caballo entre las dos obras citadas. No llega al desfase de American Pie, pero tampoco a la calidad de la otra (bien es cierto que partÃa de una novela bastante interesante). La comedia familiar tiene unas bases que, inquebrantables, deberÃan cumplirse para obtener éxito. Weitz lo ha intentado pero el lastre que ha supuesto tener a las espaldas dos entregas más, lo ha dejado KO en la cuneta y la pelÃcula no funciona tanto como deberÃa.
No funciona sobre todo por la falta de gags ingeniosos, de escenas memorables (quizá un par de ellas en todo el metraje) por la incesante cantidad de reiteraciones que hay en los personajes y porque todo parece que ya está muy sabido y resabido. No se culpa asà al director, quizá sà a los responsables, que parecÃan ver un nuevo filón de oro en esta entrega. Ahora los padres son ellos bien podrÃa haberse apoyado en los pequeños Follen, en algunas gracias que, a pesar de que estuvieran manidas, podrÃan haber encandilado hasta a esos locos bajitos. Pero por el contrario y, seguramente, con la intención de alejarse de ésto, la pelÃcula no resulta del todo divertida. Al menos no tanto como Los padres de ella, y eso, personalmente, dice muy poco a su favor.
Los personajes no terminan de evolucionar y la supuesta “educación” de Greg como padre no parece terminar nunca (¿qué será lo siguiente? ¿Ahora los abuelos son ellos?). Desgraciadamente el humor en esta saga ha ido decreciendo estrepitósamente. Ni siquiera el apoyo de dos estrellas como Dustin Hoffman o Barbra Streisand ha logrado levantarla. Es más su aparición en esta pelÃcula es casi anecdótica, igual que la de Teri Polo, cuyo protagonista cede ante un Ben Stiller o incluso un Owen Wilson. Ahora los padres son ellos es prácticamente lo mismo que la anterior, un escaparate para que De Niro luzca su talento y para que Stiller haga lo mismo con lo que tiene del suyo. Pero como pelÃcula merece bastante poco.
Desaprovechados también los secundarios, como Jessica Alba, Laura Dern o Harvey Keitel, siendo quizá el último, el que más lamentable sea su incursión en la pelÃcula, unos poco más de diez minutos. Está claro que quizá no era la intención de Weitz, el convertir Ahora los padres son ellos, en toda una cinta de culto, y quizá en esta última semana del año sea también de lo poco salvable en cuanto a cine familiar se refiere. Pero resulta casi inadmisible que en los tiempos que corren se siga una saga que terminó hace ya unos cuantos años, porque alargarla es algo ineficaz y totalmente innecesario.
Valoración: 4 sobre 10
CrÃtica escrita por Luis Jiménez
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